jueves, 30 de junio de 2011

Las etiquetas son buenas para vender, pero no tienen sentido

La ironía del número tres los persigue. Son un trío, tercer mejor disco del año para Rolling Stone, tercer mejor directo del año para Mondo Sonoro y tercer grupo revelación para El País. Pero en su discografía solo alcanzan, de momento, el número dos, el de su segundo disco 'Second to none' (2011), «un salto cualitativo», proclama Javi.
-Su sonido no es ni folk, ni country, ni americano...
-El problema de muchas bandas son las etiquetas. No quisimos ponérnoslas. Cuando ingresamos en MySpace nos sugirieron destacar tres estilos y pusimos: rock, country y psicodelia; pero en el fondo trascendemos cualquier límite que eso pueda imponer. Son buenas para vender, pero no tienen ningún sentido.
-Habla de un salto cualitativo desde 'Songs to sing along' (2005) hasta este segundo trabajo...
-Aquella vez fue un lanzarnos hacia el 'hágalo usted mismo'. Primero nos buscamos la vida en plan guerra de guerrillas. Luego pasé un tiempo en Londres, solo, peleando con la vida. Allí empecé a escribir canciones, a acudir a jornadas de micros abiertos. Al final nos volvimos a juntar y salió el disco. Ahora, con el segundo, la cosa está más consolidada.
-¿Por qué?
-Hemos salvado el obstáculo de la distancia y dado un paso hacia delante como compositores, como banda. Hemos creado un nuevo paisaje musical explorando cosas que no habíamos investigado. Ahora el disco es más oscuro, con más recovecos, con una base musical sencilla, tirando hacia el minimalismo.
-¿Hacia el acústico?
-Queríamos ir directamente al grano, pasar de estridencias. Estábamos un poco cansados de todos los artificios electrónicos compartidos con todas las bandas con las que hemos tocado. No sé, en cierto modo están bien, pero también ahora quizá nos sentimos más cansados de la cuenta. Lo difícil es mantener la energía del puro rock con el acústico. Y creemos que el truco ha sido conservar la mentalidad del eléctrico con la forma del acústico.
-Sea como fuere, funciona. Consiguieron más de 80.000 visitas a su MySpace sin tener disco...
-Es lo bueno de la democratización de la cultura. Lo positivo de Internet. También tiene otras contrapartidas, pero creo que al final el balance es positivo. Acordémonos de aquellos años sesenta, cuando conseguir un disco de The Beatles era una odisea. Ahora todo es mucho más fácil. La gente tiene acceso a mucha más información, a mucha más música.
-Y al cine, como el de Clint Eastwood, en el que inspiran parte de sus temas...
-Nos inspira su cine y el de otros realizadores. Como también lo hacen las experiencias que hemos tenido, lo que hemos viajado, tocado, escuchado y vivido.
(www.eldiariomontanes.es)

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