viernes, 2 de abril de 2010

"Ponemos todo para que los conciertos sean únicos"

De la polvorienta estepa vallisoletana surge Arizona Baby, un trío de forajidos musicales que el sábado (22.00 horas) irrumpirá en Le Bukowski de Donostia para presentar su álbum 'Second To None' (Subterfuge), diez balazos acústicos disparados a quemarropa

Se llaman Javier Vielba (voz y guitarra), Rubén Marrón (guitarra y palmas) y Marcos Úbeda (percusión y coros). Quizá habrían preferido llamarse Jake, Bill y Johnny, y nacer en el delta del Mississippi o la orilla del Pecos en lugar de en la ribera del Pisuerga. El sonido de su rock and roll, sin embargo, es tan americano como el rodeo, John Wayne o el western.

Es de suponer que la presión para actuar será mayor con la pesada etiqueta de "gran grupo revelación".

Las expectativas del público pueden ser más altas, ya no esperan cualquier cosa, sino algo realmente especial. Por eso, siempre ponemos todo de nuestra parte para que los conciertos sean únicos, aunque más allá de eso nosotros debemos seguir nuestro camino.

¿Por qué eligieron el formato acústico y descartaron el bajo y la batería convencional?

Todos hemos estado antes en grupos de guitarras eléctricas, bajo y batería, lo normal, y yo, por lo menos, estaba harto de ese modelo, de que cualquier grupo independientemente de su estilo utilizara siempre los mismos instrumentos. ¿Por qué tiene que ser así? A este paso hasta los grupos de jota acabarán utilizando guitarra eléctrica, bajo y batería. Es absurdo, una especie de globalización que hace que todo el mundo suene igual. Porque cada estilo debería tener sus instrumentos. Nosotros decidimos fijarnos en gente de antes, que tocaba de otra manera, que en función de la música llevaba más o menos músicos, unos u otros instrumentos. Por eso, hemos creado una fusión entre lo antiguo y lo nuevo, es música de los 60 y los 70 hecha con la visión de unos tíos jóvenes del siglo XX.

¿Ganaría en energía e intensidad su música si se electrificaran?

Ganaría en unas cosas y perdería en otras. Podría ganar energía y potencia a nivel sónico, pero no a nivel emocional. En ese sentido, la música puede ser más intensa con menos. Sólo tienes que escuchar a un cantaor flamenco, a un mariachi o alguien que entona una saeta. Son gente del pueblo, que se planta en mitad de la calle y saca el corazón por la boca. No hay amplis que puedan transmitir eso.

Así que descartan el uso de guitarras eléctricas.

No, no. Es una opción nada desdeñable para futuros discos, como la de usar trompetas, un piano o coros. Hay muchas cosas que se pueden hacer, incluso desnudar aún más la música para lanzar un pequeño EP en formato skiffle. Lo bonito es mutar dentro de un terreno amplio y que siempre resulte divertido y ameno, nunca repetitivo. Mantenemos todas las miras abiertas porque hay muchos tipos de música, tanto en nuestro formato como en otros.

¿Por qué esa fijación por lo estadounidense y lo anglosajón?

Mi hermano es muy cinéfilo y desde pequeño, gracias a él, he visto mucho cine. En casa también escuchaban mucha música, lo mismo que en las de los otros miembros del grupo. Lo que ha ocurrido en Arizona Baby es que Dios los cría y ellos se juntan, y más en Valladolid, que no es tan grande. Tenemos afinidades comunes, un gusto por el cine clásico norteamericano, por el western, el cine negro, las películas bélicas míticas... Y con la música igual: Pink Floyd, Elvis Presley, Led Zeppelin, Little Richard… Nosotros crecimos con el grunge, pero luego hicimos los deberes y fuimos hacia atrás, los 60, los 50, los 40...

Pero ustedes son de Valladolid, las canciones fueron escritas en Londres y su sonido remite claramente a EEUU. ¿Qué tienen los temas de cada uno de esos lugares?

Un poco de todo, la música tiene ese punto folk, de raíz, con guitarra y voz, que puede remitir a algunos cantautores ingleses y muchos músicos de country y blues estadounidense. Pasé un tiempo en Londres e indagué mucho en la vieja escuela. Ahí está la semilla de Second to None, sin olvidar el buen hacer de Rubén a la guitarra y Marcos a la percusión para redondear la fórmula. Valladolid, por supuesto, sería la base, el punto de encuentro.

Quizá debido a su eclecticismo, su música logra concitar la adhesión de los públicos más diversos.

Sí, sí. A los heavies, por ejemplo, les mola porque les encantan los buenos guitarristas y el nuestro hace unos solos impresionantes. Los punks se pueden sentir atraidos por la energía, la crudeza y la mala leche con la que tocamos; yo mismo rompo bastantes cuerdas de mi guitarra... A los amantes del folk, el country o el blues les gustan las melodías, igual que a los fans del indie actual o a los seguidores del pop de siempre, gente a la que le molan los Beach Boys, Bird o Love. Nuestra música es un collage de todas nuestras influencias y puede atraer a la gente por el sonido o por la actitud.

El nombre de la banda no sólo tiene que ver con la película de los hermanos Coen.

Está relacionado con eso pero también con el hecho de querer llamarnos con el nombre de un estado norteamericano. También fue una referente el disco Arizona Bay, del comediante Bill Hicks, que decía que un terremoto haría desaparecer Los Ángeles y sólo quedaría la bahía de Arizona. También nos gustaba la idea de llamarnos como un estado norteamericano.

Con pocos grupos como con Arizona Baby existe tanta unanimidad sobre la fiereza de los directos...

Acabo de revisar la película Scarface, de Brian De Palma, donde Al Pacino dice: "Yo sólo tengo mi palabra y mis huevos, y no los rompo por nada". Con nosotros ocurre igual. Todo es a base de huevos, actitud y palabra. Hay un pacto previo, nosotros tocamos y vosotros pagáis una entrada, por lo que intentamos hacer el mejor show. En los conciertos procuramos predicar la palabra, tocar nuestro evangelio loco y cósmico del desierto. Intentamos hacer amigos, que la gente entre en nuestro rollo, sudar y tocar lo que haga falta a pesar de las agujetas… Es importante transmitir nuestro propio disfrute, y nosotros disfrutamos aunque toquemos sentados. Nuestros directos son muy sencillos pero van directos a la yugular.

(Juan G. Andrés, noticiasdegipuzkoa.com)